Hoy hace diez años estaba dentro de lo que los adictos conocemos como “carabanchel”. Una habitación con una cama individual y una cámara. No sé si mi recuerdo se sitúa antes o después de comer, yo ese día no comí, solo bebí las dos cervezas que supondrían mi vuelta a la casilla de salida.

Aquel fue uno de los peores días de mi vida. También fue el primero de la vida que llevo hoy. En desintoxicación descubrí lo que era el sufrimiento sin anestésicos. Aguanté. Aguanté lo suficiente como para no volver a consumir. Aprendí a manejar el dolor, a no dejar que me dinamitara por dentro. Pensé que incluso había logrado domesticarlo, que ya no sería tan intenso como lo fue antaño. Pero no es verdad, el dolor siempre es dolor y siempre hace el mismo daño.

Los dos últimos años han venido llenos de golpes. He logrado esquivar algunos pero otros me han dado tan fuerte que han dejado horribles cicatrices. Solo una vez tuve ganas de consumir de nuevo. Mi cabeza me pedía ayuda: «Dame algo, lo que sea», me decía. Parecía haber olvidado. Pero yo no olvido, no olvido nunca. La muerte no me da tanto miedo como la locura y recaer es garantía.

En esa fecha moría la única persona capaz de ver dentro de mí. La única que me dio un espacio en el que ser yo. Perderlo fue como volver a estar en la oscuridad. Negarme. Esconderme. Avergonzarme. Odiarme. Están siendo meses de hacer gala de valentía, de ignorar el miedo, de apartarlo y meterlo en el congelador para cuando lo necesite.

«¿Diez años limpio?», me ha dicho hoy un colega. Reluciente diría yo. Más limpio de lo que me he sentido nunca, lejos de aquel olor al disolvente de la coca que me mantenía en vertical. Hoy voy a celebrarlo muy alto, me iré a cenar con #morenamía y subiré un story en Instagram (aquí para verlo), ¿quién necesita más? Imagino que ella me tendrá un regalo, como cada año. Alguna cosa simbólica que me dará entre sorbo y sorbo de Coca Cola. Todos sus regalos son tesoros que llevo encima o que guardo en mi caja secreta. Creo que mi querido difunto le dejó el testigo y hoy es ella la que mira dentro de mí, la que respeta paciente, la que pase lo que pase, no tendrá miedo de quererme.

Diez años ya y nueve con ella. Eso celebro hoy.

9 comentarios

  • miraburu

    Muchas felicidades por tus 10, y por tus 9. Eres un gran ejemplo para todo el mundo. Me siento muy orgulloso de haberte conocido. Dále recuerdos a Argi.
    Y que esos 10 se conviertan en 90 y esos 9 en 100 😉 Besotes del norte

  • Clara Elena Baquero Santos

    para los valientes todo!!! Eres lo más y eres un referente para los que trasegan los diferentes círculos de la Divina Comedia.Gracias

  • samudra

    «10 años» 😉 Toda una vida.

    Enhorabuena. Parecen mucho pero no son nada. Si en solo 10 años consciente has logrado lo que has logrado, piensa en los próximos 10, imagina en los 10 posteriores, … sueña libre Oihan.

    Tu vida consciente es tu responsabilidad y tu vida en libertad es la recompensa.

    Gracias por compartir. Gracias por evidenciar. Gracias por ser.

    Admiración y respeto.

    1 abrazo

    «Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, … es un arte y es tu parte» / Doménico Cieri

  • Remei

    Acabo de descubrirte en este contexto pero antes te descubrí en nuestras terapias y nuestras risas y dolor en ellas…allá en Montanya.
    Un abrazo
    Remei

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